miércoles, 22 de julio de 2020

Análisis de los libros VI,VII & X - La Republica





Libro VI Análisis

 

Antes de iniciar con el análisis del libro VI de la república quiero traer a colación la frase del filósofo ingles Alfred Nort Wihitehead el cual llego afirmar que “la manera más segura de describir el conjunto de la tradición filosófica occidental es presentarla como una serie de acotaciones a Platón”. Y es que si se quiere decir este libro VI de la república es considerado es el corazón de todo el pensamiento platónico, puesto que uno de los temas más emblemáticos de este libro es el desarrollo que platón expone a sus interlocutores de la idea del bien comparándola con la analogía del sol. 

Sócrates propondrá un sistema educativo en el cual los futuros filósofos gobernantes van a ser educados, ya que son  los únicos que pueden poner en práctica el régimen de estado descrito y propuesto por Sócrates en los libros anteriores al VI. Un régimen donde haya una comunidad de bienes en la cual todo debe ser compartido y donde quienes lo gobiernen un alma de oro, es decir, el filósofo gobernante. En este estado descrito por Sócrates tampoco debe existir la propiedad privada para los que gobiernen, puesto que los que se encuentran en el poder gobernarían en pos de sus bienes y no en el desarrollo del estado.

Esto ha causado que algunos intérpretes de Platón afirmen que Sócrates fue el primero que expuso un estado comunista siglos antes que Marx. Este estado también deberá ser un estado justo donde todos realicen las actividades que les corresponde, donde los guardianes se encarguen de la seguridad del estado y sean educado en la música y la gimnasia y donde los artesanos realicen lo correspondiente a la alimentación de los ciudadanos del estado. Los poetas serán expulsados por Sócrates de su estado ideal porque su arte se basa en mera imitación.

 

Una de las frases más celebres que nos ha dejado la república es: “no cesaran los malos de los estados hasta que los filósofos gobiernen o que por un don divino los que gobiernen se dediquen a la filosofía”.  Sócrates se pregunta sobre que es el bien? y para dar una definición del bien lo hace no basándose con la idea del bien en sí mismo, sino como el hijo del sol, por lo tanto Sócrates para hablar de esta idea recurre a la alegoría del sol para explicárselo a sus interlocutores. Ahora bien explica el filósofo ateniense que así como la luz hace posible la vista de los objetos en el mundo visible, así la idea del bien hace posible que la inteligencia vea en el mundo inteligible y así mismo como el sol le otorga a las cosas conocidas y existentes el crecimiento y la nutrición, así la idea del bien otorga a las cosas conocidas el existir y la esencia.

La idea del bien es la condición de posibilidad de todas las ideas, pero ella misma no es la idea, tiene un estatus epistemológico superior, dado que hace posible que estas puedan ser. En otras palabras podríamos afirmar que esta idea del bien es una causa incausada que no es producida por nada exterior a ella o en palabras de su discípulo Aristóteles diríamos que es el motor inmóvil que no es movido por algo, sino que él es el generador de todo movimiento. De esta forma es también la idea el bien ya que esta es la causa para que otras ideas en el mundo sensible puedan ser contempladas por nuestros sentidos.

Analogía de la línea: En el cual se plantea los grados del ser y el conocimiento del mundo. En relación con su pertenencia al mundo de las ideas, existen distintas maneras del ser, que se conocen mediante diferentes métodos. En su ascenso al saber, Platón habla de un trayecto de conocimientos que se debe llevar a cabo para llegar finalmente a la idea de bien, la que permite conocer tanto el mundo de las ideas como el sensible y comprender todas las relaciones trazadas por cada ser. Sócrates va a decir que lo concerniente al reino de lo visible le corresponde la opinión y al reino de lo inteligible la ciencia.

En conclusión para Platón la idea del bien es lo que da la condición de verdad a los objeto cognoscibles, es decir, el poder conocerlos, contemplarlos etc… en otras palabras es la fuente de conocimiento en el hombre. El bien como anteriormente se ha mencionado es comparado con el sol que da a los objetos no solo la posibilidad de ser vistos, sino también de crecer y nutrirse, de esta forma la idea del bien es la fuente de la verdad.

 

 

Libro VII Análisis

 

En este capítulo de la república se encuentras la famosa alegoría de la caverna donde Sócrates expone la situación de unos presos al interior de ella que constantemente son engañados por una serie de imágenes que son producidas por unos titiriteros. Estas imágenes son unas sombras que pasan al frente de ellos reproducidas por la luz que proviene de afuera de la caverna. Podríamos interpretar que la alegoría de la caverna simboliza el mundo sensible que es aparente y engañoso, o la ciudad ateniense dominada por la retórica de los sofistas o si queremos llevarlo a nuestros días podemos pensar que la caverna son todo esos medios engañosos que constantemente se presentan con apariencia falsa. Un ejemplo de ello sería la televisión y los distintos medios de comunicación que nos quieren adoctrinar con ideologías falsas.

Ahora bien, esta alegoría no pretende ser ingenua ni tampoco pretende ser todos esos medios engañosos, sino más bien que pretende ser una huida o liberación de todas esas cadenas que los sistemas poderosos de un estado han querido instaurar en los ciudadanos. Platón con esto también tiene objetivo bastante claro y marcado que es político y moral el cual es imponer un sistema político gobernado por el rey filosofo que conducirá al estado a practicar la justicia y el bien.

Un objetivo bastante marcado  en la interpretación de la alegoría de la caverna es que una vez lindero de las cadenas nosotros tenemos el deber moral de descender al interior de ella y comunicar a nuestros antiguos compañeros de presidio la idea del bien. Pero qué pasaría si alguien fuese liberado y forzado a salir de la caverna? Sin duda le costaría en principio identificar los objetos que pasan al frente suyo porque le molestaría el fuego que se produce en el interior de la caverna, y si también se le preguntara que le parecería más real si los objetos en las sombras se inclinaría claramente por las sombras ya que es lo único real que aparentemente puede observar por las y su condiciones de preso. Y si también se le dijera que eso objetos y sombras que observa son mucho más reales de lo que piensa? Acaso su visión no le costaría créelo? Así que ayudarlo a salir de su condición sería un camino de mucho esfuerzo lo que significa que el camino hacia el conocimiento es arduo y difícil para aquel que no está acostumbrado a contemplar la idea del bien.

Según Jaeger el proceso de salida de la caverna al mundo de las ideas implica un proceso de conversión como el religioso donde el prisionero se libera de su antigua vida para ascender a una nueva donde dejara atrás los engaños y empezara a caminar por los senderos de la verdad. El filósofo una vez ha alcanzado el conocimiento de la idea del bien se compadecería de los que todavía se encuentran esclavos dentro de la caverna y miraría con algo de rechazo los honores que se tributaban unos a otros según iban adivinando las sombras que pasaban por su frente. A los personajes que propiciaban las sombras al interior de la caverna las podemos asociar con los políticos de la época de Platón, educados en la retórica sofista y expertos en la manipulación y en el arte de hacer pensar como realidad lo que no son más que sombras y mentiras.

La alegoría de la caverna no es más que la continuación que Sócrates realiza en el libro VI acerca de la alegoría de la línea, donde se expone ese mundo inteligible con el mundo sensible que claramente se encuentra expuesto en el libro VII de la república. En el esquema se encuentra descrito de una manera racional y argumental y en la imagen de la alegoría  de la caverna se revela más bien el carácter pedagógico de Sócrates con sus interlocutores.  Es importante reflexionar que la liberación que se da al interior de la caverna también tiene un grado altamente educativo, puesto que Sócrates proponía para la Atenas de su época un modelo educativo totalmente distinto al que estaba acostumbrada Atenas, que era en base a la poesía y enseñanza de homero y los dioses. “la educación nos hace libres” esta frase nace en el seno del platonismo y que hasta nuestra época sigue vigente en los distintos movimientos estudiantiles de nuestro país.

 

 

Libro X – Análisis

 

Al comienzo de este libro Sócrates va analizar el papel de la poesía y cuál ha sido su influencia en la educación ateniense y como los poetas se han convertido en simples imitadores de la realidad, pero que estos no han sido capaces de hablar de la realidad en sí misma. Ya anteriormente en los primeros libros Sócrates exponía el carácter educativo que tenía la poesía en la polis griega, exactamente en la comunidad de los guardianes. Algo interesante es que el filosofo ateniense excluye totalmente a los poetas del proyecto educativo que él quería establecer para Atenas, la cual estaba encaminada hacia la justicia, la cultivación de la virtud y el ideal de bien.

Sócrates después de haber expuesto claramente cuál debía ser la educación  que debían recibir los guardianes (la música y la gimnasia) en este libro X el filósofo ateniense le da a la poesía un valor bastante degradado con lo que la disputa entre filosofía y poesía a la hora de educar a los ciudadanos de Atenas será aún mayor. En este sentido Sócrates analizara la poesía centrándose en su auténtico valor imitativo, pero parte de este análisis lo desarrollara a la luz de la teoría de las ideas, es decir en la idea del bien en sí mismo. Por un lado establece que una idea es el conjunto que designa muchas cosas, por ejemplo: un carpintero elabora una cama o una mesa en base a la idea que tiene previamente de la cama y de la mesa. Entonces cuando este carpintero está construyendo la cama no está elaborando la idea de cama en sí misma, sino que la construye en base a la existencia de la idea de cama. Pero la crítica que sostiene Sócrates si se quiere ver así va mucho más allá, al decir que existen algunas personas que se limitan a producir cosas que ya están creadas, como los pintores que dibujan en sus cuadros muebles, camas y mesas. Lo que nos hace pensar que para Sócrates estas personas lo que reflejan en sus trabajos es nada más que apariencias de la realidad y no la realidad en sí misma.

Dicho lo anterior podríamos establecer que Sócrates quería exponer era la diferencia entre lo real y lo aparente. Es así como lo real no es la cama que elabora el carpintero y menos la que es pintada por un pintor, lo real es entonces, la idea sobre la cual se elabora tal cosa. Sócrates recurre a la poesía de homero para decir que aunque estos conocían los asuntos humanos relacionados con la excelencia e incluso con los asuntos divinos, su conocimiento no era conocimiento real, sino una imitación del conocimiento como la del pintor. En este libro X también se expone el tema de la inmortalidad del alma el cual explica Sócrates de manera detallada, estableciendo que cuando algo no perece a causa de un mal propio ni ajeno, es evidente que ha de existir siempre y por ende es inmortal. Por más que el cuerpo se destruya en pedazos, el alma no muere, sino por el contrario, sigue viva. El alma puede volverse injusta e impía, pero no por eso implicaría necesariamente su destrucción, más bien su corrupción.


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